Las noticias más antiguas sobre la celebración de la procesión del Resucitado en Linares nos trasladan hasta el siglo XIX. Pero probablemente ya se viniese desarrollando desde el siglo anterior como una procesión organizada por la cofradía de la Columna. Esta hermandad, en realidad se trataba de la primitiva cofradía de la Santa Vera Cruz, corporación antiquísima fundada a mediados del siglo XVI y que, entre otros titulares o pasos, tuvo a las imágenes del Cristo de la Columna y el de la Humildad como los más destacados referentes devocionales de una cofradía compleja de explicar en su estructura e historia. Durante el siglo XVIII fue común que se le llamase como cofradía de la Santa Vera Cruz y Cristo de la Columna, compuesta de una serie de escuadras que ha modo de una especie de cuadrillas de hermanos, se encargaban de sus respetivas imágenes como si de unas cofradías filiales se tratasen. Las más notorias fueron las de la Columna y la Humildad, pero también existió la de la dolorosa, San Juan Evangelista o Santa María Magdalena.
Hasta la fecha desconocemos alguna referencia a una posible escuadra del Resucitado, pero para 1822, en una escritura notarial de compromiso y convenio para que D. Francisco de Paula Aguilar y Nava (y sus sucesores) fuera el alférez vitalicio de la Columna, ya se mencionaba que los alféreces tenían la obligación de asistir portando el guion o estandarte de la cofradía de Jesús de la Columna en las procesiones del “Jueves Santo en la tarde y Domingo de Pascua de Resurrección, llamada del Resucitado”. En esta misma escritura ya se cita que la procesión se celebraba al menos desde 29 años atrás, periodo que Francisco de Paula Aguilar llevaba sin cumplir con su obligación.1
Procesión del Resucitado anterior a la Guerra Civil. Fuente: Andrés Padilla Cerón.
Esta procesión se realizaba saliendo desde la iglesia del antiguo y desaparecido convento de dominicas de San Juan Bautista de la Penitencia a la que se trasladaba la imagen en la jornada del Sábado Santo para salir en procesión a la mañana siguiente hasta la parroquia. Suprimido el convento durante las desamortizaciones en 1836, la procesión se siguió realizando partiendo y entrando desde la parroquia de Santa María hasta que se volvió a la costumbre anterior, pero esta vez llevando la imagen a la iglesia de San Francisco para volver a Santa María como se narra en una misiva del párroco D. José Eulogio Muñoz enviada al obispado motivado por unos desencuentros con la cofradía que alteró el recorrido sin su consentimiento.2 Fechada el 15 de abril de 1853, el párroco expresa su indignación y consulta como proceder ante las diferencias que tenía con el alférez de la cofradía y a la vez alcalde constitucional de Linares; D. Blas José de Mesa, que sustituyó en el cargo en la cofradía a Francisco Aguilar Lora (nieto de Aguilar y Nava) en 18523.
Para el año 1909 la cofradía se encontraba prácticamente extinguida y ante esta crítica situación surgió un nuevo impulso por parte de unos cofrades por renacerla, redactando nuevos estatutos que fueron aprobados el 14 de abril de 19094. Entre sus artículos (5º y 6ª) se hace referencia a la participación en la fiesta y posterior procesión del Domingo de Resurrección junto a la efigie del Cristo de una imagen de la Virgen bajo la advocación del “Amor Hermoso”. Aunque podamos pensar que en este momento se incorpora la imagen de esta Virgen, ya hay constancia en 1885 de la existencia de una talla con esta advocación en Linares. La Virgen del Amor Hermoso participó en la procesión de vuelta de la Virgen de Linarejos a su santuario tras la tradicional novena el 13 de noviembre de 1885. Aquella procesión se hizo de manera extraordinaria acompañada de casi todas las imágenes de la ciudad y el motivo fue por la liberación de la ciudad de una epidemia de Cólera en que se la cita entre las imágenes de las cofradías de gloria5. Pero probablemente esta imagen comenzase a procesionar con el Resucitado desde 1882.
La historia de la llegada de la Virgen del Amor Hermoso a la cofradía de la Columna, la encontramos narrada en dos escrituras notariales otorgadas ante el notario de Linares, D. Juan Martínez Torres fechadas el 7 y 9 de mayo de 1881.6 La valedora de la llegada de la imagen a la parroquia de Santa María y a la cofradía fue una señora (en un acto piadoso de donación) llamada Dª. María Luisa Padilla García, esposa y madre de los alféreces de la cofradía en aquellos años. Avecindada en 1880 en el nº 14 de la calle Nueva, esta mujer era una propietaria, ya viuda y madre del alférez de la cofradía en 1881 y 1909: D. Martín Olaya Padilla (c 1865)7.
Estuvo casada con D. Juan José Olaya y Martínez, hijo de Mateo Olaya y Garrido y María Dolores Martínez y Maldonado. Tuvieron por hijos a Carmen, Martín, María Dolores, Juan Antonio y Carlos Olaya y Padilla, muriendo a los 38 años en su casa de la calle del Horno de Haro el 18 de abril de 1875. Fue un destacado propietario del pujante siglo XIX linarense como así atestigua en su testamento de 1874 y sus particiones practicadas en 1875.8 En su testamento declaró ser también alférez de la cofradía de la Columna que consiguió por escritura notarial en fecha indeterminada, dejando su sucesión en la figura de su hijo Martín Olaya y si este falleciese, lo heredara su hijo Juan Antonio. Como anécdota, Su hermana Lucia Olaya fue bisabuela del beato Manuel Lozano Garrido “Lolo”. Para 1912, María Luisa vivía con la familia de su hijo Martín en la plaza Alfonso XII en el numero 14 y 17.
Probablemente esta repentina muerte provocó la piadosa donación, seguramente encargando la hechura de la imagen a un imaginero desconocido (seguramente en los círculos artísticos madrileños o levantinos) ya que entre el inventario de sus bienes no se cita la posesión de ninguna imagen como era común añadir en el caso de que la tuviesen. Intuimos que debería tratarse de una imagen de la Virgen María de carácter letífico y no de una dolorosa, motivo por el que sería utilizada en la procesión del Domingo de Resurrección. La intención de la donación surge en 1879 como así se deja entrever en una copia de un cabildo extraída del libro de actas que el secretario de la cofradía D. Andrés García y López presentó en el otorgamiento de la escritura de donación del día 9 de mayo de 1881.
Según esta copia realizada el 10 de abril de 1881 en la “casa del Hermano mayor Don Juan Miguel Arista, con presencia del Sr. Alférez Don Martín Olaya Padilla y demás oficiales…” se dio lectura y copia de los acuerdos tomados en una junta celebrada el 14 de septiembre de 1879 donde se expuso la intención de donación de la imagen y las condiciones que ponía la benefactora. En aquel cabildo acuerdan crear una comisión integrada por “Don Jerónimo Bautista, el Sr. Alaminos y Don Andrés del Castillo” que debían informar de estas circunstancias al párroco de Santa María, D. Miguel Munar de la Torre (46 años). El sacerdote estuvo conforme con lo expuesto, pero instó a la cofradía y a la donante que esta tenía que otorgar una escritura notarial en la que manifestase que dejaba en depósito la imagen en la parroquia, sin que la iglesia tuviese derecho sobre ella como estaba contemplado en las leyes eclesiásticas. En aquella junta estuvieron presentes el “Hermano mayor, alcalde, Don Manuel Alaminos, Don Andrés del Castillo, D. Cristóbal Díaz, Don Pedro Martínez García, el capellán, Don Pedro José Montes, Don Antonio Montes y el secretario”.
Página de la escritura de donación de Dª. María Luisa Padilla de la Virgen del Amor Hermoso. Fuente: propia.
El otorgamiento de la escritura de depósito se demoró hasta el 7 de mayo de 1881 en la que Dª. María Luisa Padilla expuso que bajo ciertas condiciones había donado una imagen de la Virgen del Amor Hermoso a la cofradía de la Columna con el deseo de que se venerara en la parroquia pero sin que la iglesia fuese su propietaria, consintiendo que la imagen permaneciera en depósito en el templo parroquial y que el cura párroco le tributase el culto que considerase oportuno, facilitando en todo lo que pudiera para la mayor veneración de la imagen como prueba de respeto y confianza a la digna autoridad eclesiástica. El párroco D. Miguel Munar aceptó el depósito de la imagen en su parroquia reservándose el realizarle el culto que tuviese oportuno, renunciando a la propiedad de la efigie que sería siempre de la señora donante y la cofradía.
Dos días después se otorgó ante el mismo escribano la escritura de donación por parte de Dª. María Luisa Padilla y García (viuda de 39 años de edad) y la cofradía representada por su hermano mayor D. Juan Miguel Arista Garrido (46 años), Don Manuel Alaminos Arboledas (39 años), Víctor Andrés del Castillo López (41 años), Don Cristóbal Díaz León (51 años), Don Pedro Martínez García (49 años), D. Idelfonso Navarro Padilla (presbítero, de 45 años), Don Pedro José Montes Pérez (64 años), D. Antonio Montes Manrique (61 años) y Don Andrés García López (33 años).
En ella se presentó la copia del cabildo y acuerdos referidos del 14 de septiembre de 1879 donde se expuso unas clausulas muy comunes en las donaciones de este tipo en aquellos tiempos. Por ejemplo, la donante conservaría el ajuar y alhajas de la imagen en su casa, pero permitiendo que las mismas estarían siempre a disposición de la cofradía. La propiedad de la Virgen sería de la donante y de sus sucesores con derecho a retirarla a su casa si la cofradía se disolviese o el gobierno tratara de incautarla o que amenazara a la imagen cualquier peligro que la cofradía no pudiera solventar. Es curiosa la reseña a que el gobierno la incautara, un detalle que obedece a las circunstancias desamortizadoras eclesiásticas que aún estaba presentes en la memoria colectiva de la nación por entonces.
Finalmente concluyó la escritura con la declaración de donación por parte de María Luisa Padilla y la aceptación de la hermandad de la donación comprometiéndose a devolver la imagen si ocurriese alguna de las circunstancias acordadas.
Con la rehabilitación de la cofradía en 1909 y los nuevos estatutos, en su artículo 19º se expone que Martín Olaya Padilla sería alférez con carácter vitalicio como ya lo fue su padre. Como sus antecesores en el siglo anterior custodiaría en su domicilio el guion, los gallardetes, los báculos y las ropas, tanto de la Virgen como del Resucitado, siendo su madre (María Luisa Padilla), su esposa e hijas las camareras a perpetuidad según una escritura pública que debería unirse junto a los nuevos estatutos. Entendemos que, si la hermandad estuvo inactiva o casi extinguida, la imagen volvería al poder de la familia Ayala Padilla como estipulaba la donación de la imagen devolviéndola tras este nuevo resurgir. La imagen será citada en la prensa local participando en la procesión del Resucitado, como ejemplo, en el Diario Regional del día 22 de abril de 19309.
Con el estallido de la Guerra Civil en 1936 se perderían las imágenes del Resucitado y la Virgen del Amor Hermoso en los sucesos iconoclastas que se sucedieron en gran parte del país. Desconocemos su aspecto al no encontrarse fotografías de la Virgen hasta la presente. Acabada la contienda, el 4 de junio de 1944 se funda en la parroquia de San José la actual cofradía de la Resurrección con la intención de recuperar la antigua procesión siendo aprobados sus estatutos el 6 de julio del mismo año. Seguidamente encargaron el 31 de agosto al artista toxiriano Miguel Jiménez Martos dos imágenes que restituyeran las iconografías perdidas de Jesús Resucitado10 y la Virgen que tomaría la advocación de “Ntra. Sra. de las Mercedes”. Aunque para el 28 de septiembre de 1945 se reforma el título de la hermandad y se recupera la advocación primitiva de “Amor Hermoso”11, que se reafirmaría con la nueva y actual imagen que realizó el escultor cántabro Víctor de los Ríos Campos en 1957. Su aspecto actual se debe a la intervención a la que fue sometida en Sevilla dirigida por el sevillano Antonio Garduño Navas entre 1987-88.12
Juan Pedro Lendínez Padilla
1 Archivo Histórico Provincial de Jaén (AHPJ), Protocolos Notariales (Linares), leg. 26.396, fol. 34r-37v.
2 Galiano García, J.C. (1998): Cirio, incienso, costal y tambor (Guia practica de la Semana Santa de Linares). Córdoba: Obra Social y Cultural Cajasur, pp.43-46.
3 AHPJ, Protocolos notariales (Linares), leg. 15.277, fol.298r-305r.
4 Archivo Municipal de Linares, Sección Cofradías, leg. 2573-023, s/f
5 El Eco Minero, nº 816, 22 de noviembre de 1885, pp. 2.
6 AHPJ, Protocolos Notariales (Linares), leg. 15.462, fol. 393r-401v.
7 Para el Padrón de vecinos de 1880 figura Martín como soltero y estudiante de 14 años. [Archivo Municipal de Linares, padrones vecinales, 1880, leg. 499/3, fol. 24r].
8 AHPJ, Protocolos Notariales (Linares), leg. 15.316, fol. 801r-1.022v.
9 Diario Regional, 22 de abril de 1930, pp. 3.
10 Actualmente se venera en la iglesia de la localidad vecina de Navas de Tolosa (Jaén).
11 Anónimo (2005): Reseña histórica de la hermandad de la Resurrección. Cruz de Guia, Agrupación de Cofradías de Linares, pp.113.
12 Fernández Ruiz, A. (2005): La Pasión en Linares. Diario Jaén, pp.147.