Diseñado por D. Manuel Luque Bonillo y realizado por el orfebre joyero D. Manel Aguilera de Córdoba.
En el llamador se representa la encarnación del hijo de Dios, de ahí que la Virgen aparezca arrodillada habiendo aceptado ya la voluntad del Padre, sostiene un ramillete de azucenas símbolo de la pureza virginal intacta y perpetua de la Santísima Virgen Inmaculada, coronada con presea de imperiales y ráfaga símbolo de la realeza de María como Reina de Cielos y Tierra, con una cinta ciñiendo su cintura, como se ponían las mujeres hebreas de la época, para dar seña de que estaba en cinta o embarazada. Reposa toda la escena sobre una base sigilosamente cincelada y labrada completada el centro de la misma con un óvalo con anagrama de María
Este llamador ha sido donado por un grupo de hermanos.